Los scouts somos gente de vida: conocemos nuestro entorno y disfrutamos de todo lo que nos rodea, luchamos por que las cosas sean mejores, tratamos de construir un mundo más perfecto y nuestro objetivo es ser felices y hacer felices a todos.

Con todos los sentidos vamos por la vida cumpliendo nuestra Promesa. Y, como hemos aprendido desde que somos lobatos, tenemos una dinámica a la hora de vivir las cazas, aventuras y empresas.

Tras la programación y la realización hacemos la evaluación. Pero un creyente no puede quedarse sólo en la evaluación de cómo ha salido todo y si los objetivos se han cumplido. Además hay que hacer una relectura a la luz de Dios.

La relectura consiste en ver las cosas con la mirada de Dios. La interpretación de la vida desde la mirada de Dios no es algo espontáneo, se aprende, es un proceso interior, una parte de tu progreso personal. 

La dinámica de la relectura se compone de cinco pasos:

1. Observación del hecho o de la experiencia.
2. Lectura de un texto o pasaje de la Escritura relativo e iluminador.
3. Reflexión e iluminación a la luz del texto con nuestro séptimo sentido.
4. Comunicación y contraste con los demás.
5. Tomar nota de lo concluido y aplicación a la vida.

La celebración es el final lógico de toda aventura, también tiene una faceta creyente. Si Dios está entre nosotros qué menos que darle las gracias y alegrarnos del regalo que nos ha hecho.

Los scout lo celebramos todo, por eso tenemos diversas formas de celebrar y orar a Dios:

Oración de la mañana y de la noche

Misa scout

Bendición de la mesa

Oración en la naturaleza

Encuentros y peregrinaciones...